viernes, 7 de mayo de 2010

Los Dias Sombrios de Nuestras Vidas.

Los días sombríos de nuestra vida.
Por;Rafael H Rodriguez.


La adversidad es inevitable en la vida
Cotidiana.

Todo ser humano, de cualquier edad y en algún
momento en la vida, se siente maltratado, herido,
rechazado o deprimido. Ante los desafíos, aun
los creyentes pueden sentir temor, ansiedad o
desilusión. Nuestro sufrimiento parece no tener
explicación y nos preguntarnos por qué el
Señor no contesta nuestras oraciones y luego
dudamos de las promesas maravillosas
consignadas en su Palabra.

Pero la Biblia jamás garantiza que estaremos
exentos del sufrimiento, aunque el Señor sí
ha prometido que habrá límites definidos,
por difíciles y prolongados que parezcan. Y
entonces debemos tener presente que los
momentos sombríos durarán solo el tiempo
necesario para que Dios lleve a cabo su propósito
en nosotros. Para el efecto, Él usa pruebas,
problemas y desastres a fin de equiparnos para
servirle eficazmente. A medida que continuamos
confiando en Él y obedeciéndolo, Dios usa toda
adversidad para ir generando en nosotros el
carácter de Cristo.

Un ejemplo bíblico:

Sin duda alguna José, el hijo predilecto de Jacob,
experimentó una amplia gama de sufrimientos. Sus
diez hermanos lo detestaban (Gn 37.3), por lo que
en una ocasión tramaron matarlo, aunque poco
después prefirieron venderlo. Luego fue llevado a
Egipto para ser esclavo de Potifar, capitán de la
guardia de Faraón.Allí José fue hecho mayordomo
de esa casa y se le entregó poder sobre todo lo
que había en ella (Gn 39. 4).

Sin embargo, la esposa de su amo varias veces
intentó seducirlo, pero él se resistió y por fin
ella lo acusó injustamente de querer violarla,
para que fuera puesto en la cárcel por su amo.

Ahí el mismo jefe “entregó en manos de José el
cuidado de todos los presos… porque Jehová
estaba con José, y lo que él hacía Jehová lo
prosperaba” (Gn 39.22, 23). Allí conoció al
copero y al panadero de Faraón y con el tiempo
José interpretó los sueños de ambos y predijo
que el copero saldría y sería reinstalado en su
puesto. Este hombre olvidó el asunto, pero dos
años después el Faraón tuvo un sueño y José lo
interpretó satisfactoriamente. Como resultado el
Faraón le dijo:“Tú estarás sobre mi casa, y por tu
palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente
en el trono seré yo mayor que tú” (Gn 41.40).
Y su vida cambió radicalmente para el bien de
Egipto y del pueblo de Israel.

¿Cómo usó Dios el sufrimiento en el caso de
José? Como hebreo, no sabía nada acerca de
Egipto, pero por medio de la adversidad el
Señor lo preparó para ocupar ese alto puesto.
Siendo esclavo conoció el idioma y la cultura
del país. También aprendió a obedecer a las
autoridades y a perseverar a pesar de las injusticias,
confirmando que Dios lo apoyaba a cada paso
y le motivaba a seguir siendo fiel en lo que se
le encomendaba. Es decir, que sus sufrimientos
contribuyeron positivamente para adquirir
experiencia y así desempeñar sabiamente la
labor que el Señor le había reservado para
que ni los egipcios ni su propia familia fueran
víctimas del hambre que sobrevendría.

El propósito de Dios para los días
Sombríos:

El propósito del Padre celestial al permitir la
adversidad es conformarnos a la semejanza de
Cristo (Ro 8.29). Él desea moldearnos a fin de que
nuestro carácter se asemeje más y más al de su
Hijo: que pensemos como Él, amemos como Él,
perdonemos como Él. Por medio del sufrimiento
nos enseña a depender de Él y no en nuestras
propias fuerzas ni en nuestra experiencia. Su amor
por nosotros no elimina el dolor ni las penas, pero
sí nos garantiza que Él los usará para su gloria y
para nuestro bien (Ro 8.28).
Gracias a las pruebas Él nos enseña a mantener
nuestros ojos en Cristo, a confiar en su plan para
nosotros y a estar dispuestos a decir:“Aunque no
entiendo estoy listo para obedecerte”. La rebeldía
solo prolonga la duración de la dificultad, pues en
el momento sombrío creeremos que la adversidad
jamás terminará; pero Dios nos ama y desea que
nos sujetemos a su voluntad que “enriquece y no
añade tristeza con ella” (Pr 10.22).

Duración de los días sombríos:

La adversidad dura solo el tiempo necesario
para que el Padre cumpla sus propósitos.
Primera de Corintios 10.13 dice que:“fiel es
Dios, que no os dejará ser tentados más de
lo que podéis resistir, sino que dará también
juntamente con la tentación la salida, para
que podáis soportar”. La palabra “tentación”
también equivale a “prueba”. En otras palabras,
Dios pone límites a todo lo que nos angustie,
pues sabe lo que cada individuo puede resistir.

El Padre celestial estuvo con José en todo
momento: cuando sus hermanos lo repudiaron;
mientras trabajó como esclavo, separado de los
suyos por largos años; cuando fue puesto en la
cárcel injustamente; al recordar sus dos sueños
(Gn 37.5-10) una y otra vez preguntándose
cuándo se cumplirían. Pero pese a lo que los
demás creyeran, Dios sabía que José era fiel,
digno de confianza, diligente y obediente.
Si nosotros somos hijos de Dios, Él no nos
olvida pues constantemente ve nuestra fe,
tenacidad y empeño. Tampoco ignora nuestras
debilidades y flaquezas, pero nos protege con
su poder sobrenatural y su amor paternal.

Observemos algunos de los límites que puso a
las adversidades que José confrontó: aunque fue
vendido para ser esclavo, Dios no permitió que
sus hermanos lo mataran; Dios permitió que las
autoridades lo pusieran en la cárcel, pero impidió
que muriera. Así también actuará con nosotros,
pues Él desea usarnos en proporción a nuestra
disposición para ser moldeados.

Cómo sobrevivir los días sombríos:

Para sobrevivir esos días, en primer lugar debemos
confiar en Dios en todas las cosas, de otra manera
no podremos superar las dificultades. En segundo
lugar, debemos leer y meditar en la Palabra
de Dios. Si lo hacemos, el Espíritu Santo nos
capacitará para pensar como Cristo y nuestra
conducta lo reflejará. Si dedicamos tiempo para
escucharlo Él nos guiará para lograr lo que Él
nos ha asignado, como lo hizo con José.

Si estamos experimentando días sombríos, no
nos desalentemos ni pensemos que Dios está
castigándonos. Confiemos en que Dios es fiel y
que usa la adversidad para hacernos regresar a
los caminos que Él mismo nos ha trazado. Para el
efecto, busquémosle en oración, meditemos en
su Palabra y programemos nuestra mente para
renovar nuestro entendimiento de acuerdo con
su voluntad.Mantengamos viva la esperanza que
esas pruebas terminarán conforme Él lo ha
dispuesto.

Ante todo, no dudemos que Él nos sorprenderá
con lo que ha determinado para nosotros y por
medio de nosotros, para su gloria.

1 comentario:

  1. en esta situacion siempre me he encontrado, que no se que esta pasando a mi vida, buen punto.

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